Me maquillo mientras te cuento: La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana, de Netflix
La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana, Netflix
Anna vive encerrada en casa tras la muerte de su hija, un tragedia que la mantiene en una cárcel mental desde hace 3 años, rodeada de vino y medicamentos. Todo cambia cuando un guapo vecino y su hija se mudan a la casa de en frente. Ella cree que su vida puede empezar a cambiar cuando una noche presencia un terrible asesinato a través de su ventana, ahí empezará su debate entre la realidad y la locura en clave de humor negro y sátira, riéndose de todos los clichés de los previsibles sucedáneos realizados en el tiempo sobre La Ventana Indiscreta de Hitchcock. Absurda pero entretenida y disfrutable para los amantes del género.
La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana, de Netflix, me pillo enferma y aburrida, después de un largo tiempo sin encontrar tiempo para publicar.
Convencida de que tenía Covid, y después de varios días aislada, volví al estado mental de plena pandemia, donde parecía que el mundo se acababa en la puerta de tu casa, y se te permitía salir en redes en tus peores guisas.
Ciertamente siempre pensé que el comienzo de este canal, en Instagram, después de más de 2 meses de confinamiento sola, fue mi época más espontánea y libre. La de todos nosotros, en realidad, que nos olvidamos de guardar cualquier tipo de apariencia, y empezamos a vernos las caras lavadas, los malos pelos, el chandal y el pijama desde la webcam.
Así que el aburrimiento, y puede que la fiebre, me ha hecho volver al origen. No sólo por improvisar absolutamente todo lo que digo nada más acabar la serie, sino por probar absurdeces nuevas, que hacen la vida más interesante cuando una está encerrada en casa.
Hace tiempo que vengo viendo vídeos de comentarios de películas y series mientras la comentarista se maquilla. Unas tienen más acierto que otras, y otras más gracia que unas, pero lo que siempre he admirado es el VALOR con el que estas mujeres salen ante la cámara haciéndole un calvo al mundo.
Llegar a este punto de exposición lleva un camino, y yo lo he llevado más allá con un resfriado que sólo me dejaba abrir los ojos hasta la mitad. No hace falta que jure, que no me miré en el espejo antes de darle al rec, y ahora que se me ha ido la fiebre he decidido, continuar un poco más con la enajenación. Ya habrá tiempo de volver a medir cada palabra y cada frame, o quizá ya no.
Salud amigos.
FICHA TÉCNICA
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